JIM ENDERSBY
En el transcurso del siglo XX, hemos pasado de ignorar por completo por qué ciertas enfermedades son cosa de familia a disponer de sencillos tests genéticos que pueden comprarse en Internet. Del anuncio de la muerte del darwinismo, hemos pasado al triunfo de la moderna teoría de la evolución. Y todo gracias a la mosca de la fruta, el conejillo de Indias, el pez cebra y un puñado de organismos que nos han ayudado a desvelar uno de los mayores misterios de la vida: la herencia. Jim Endersby enlaza la pasión de Darwin por polinizar flores en el jardín de su casa -empeñado en descubrir si la decisión de casarse con su prima había terminado perjudicando a los hijos de ambos- con los punteros laboratorios de nuestros días, llenos de tanques repletos de peces cebra cuyo cuerpo, transparente hasta que el animal alcanza la madurez, permite a los científicos observar todos los pasos del desarrollo: desde la multiplicación de la primera célula fecundada hasta que ésta se convierte en millones de células especializadas q