CAMILO JOSE CELA
Bajo el título Nuevo retablo de Don Cristobita, Cela reúne un original, atractivo y brillante conjunto de cuentos («los cuentos escritos desde que me metí al oficio hasta hoy») con una prosa cuya prodigiosa vitalidad se vierte al paisaje, a los tipos, a las horas y a los instantes de su tempo narrativo. Cela es particularmente afortunado en el relato corto: lo mima, lo teje con un primor de un artesano con buenos mimbres, lo colorea de fiesta y después lo echa a volar como una cometa risueña que salta y hace guiños. A veces, tiende al sarcasmo: «Es pequeñito, pequeñito como Napoleón dice él o como Kant, aquel filósofo cervecero, o como Cromwell, que una vez pegó un susto tremendo a los ingleses.» Otras, el juego voraz de la muerte y de la vida, se expresa en frases tragicómicas: «Encarnación Ortega Ripollet, alias Mahoma, tenía tres aficiones: la filosofía, el vino de Valdepeñas y un vidriero-fontanero de la calle del Amparo que, la verdad sea dicha, no estaba nada pero que nada mal.» En ocasion