STEPHAN TALTY
De entre todas las personas que hicieron realidad la victoria aliada en la segunda guerra mundial hay una cuya historia resulta tan asombrosa, tan novelesca, tan espectacular, que cuesta creer que pueda ser cierta. Pero lo es. Su protagonista, Juan Pujol, nació en Barcelona a principios del siglo XX y desde muy joven demostró ser un artista del engaño y un feroz antinazi. Convencido de que estaba dotado para el espionaje, tras la guerra civil española se ofreció como agente doble a los Aliados, quienes no lo aceptaron en sus filas hasta que no demostró que los alemanes confiaban en él a ciegas. Los Aliados tenían sus razones para dudar: bajo el alias de Garbo, Pujol creó, para los servicios de inteligencia nazis, ejércitos hechos de aire, escuadras de barcos que únicamente existían en su cabeza y una red de agentes formada sólo por él mismo. Aunque su verdadera gran actuación consistió en hacer creer a los alemanes que el desembarco del día D tendría lugar en Calais, y no en Norma