La saragata

15 ENE

Pléyone duerme de pie

Per Cleofé Campuzano
Pléyone duerme de pie

(Fragmentos sobre el fin de las musas)

 

Yo no soy flor en la roca. Terreno del más ancestral espectro. No soy estanque sagrado ni inicio de las aguas. ¿Y qué soy ahora? ¿Cómo vuelvo a perpetrar el cielo desde lo oscuro de mí? ¿Cómo reprimo el anhelo de querer contarlo? Juego de atmósferas que me han precedido, envidiado (en otro o mismo tiempo), borrado, hecho sacrilegios contra mí… ¿Cómo borro lo que no ha querido nombrarme? ¿Qué hago para que no alcance el presente y lo perpetúe en océanos de sal? Todo nombre puede negar lejanas tierras, alterar enanas en universos espectrales, hacer que sus huellas sean de otros, otros que tampoco han existido, o quizás, sí. En nombre de los nombres, abandono a toda divinidad que obviara existencias. A quienes no quisieran nombrar a las diosas. Por eso yo no soy flor en la roca. La carne es menos que todo, energía sobrante del espacio que ha caído aquí. Estrella apartada del núcleo de su propia  luz. Apabullante destreza en la caída. Aroma metálico, sangre oceánica que endurece lo que no puede ser pensado hacia adelante, lo que nunca tendré como mujer e individuo, la fragmentación del sigilo hacia los lugares impropios… Lo que no avanza. Lo que se destierra a sí mismo y vuelve y arrincona las bocas en el llanto de las no-madres. Ulterior mirada a la vida opaca del alma. Y me miente, ella, oceánide de tierras, y me mantiene;  y nos miente y no se aleja, persiste y nos define. Ella aguarda aquí porque nos esperan difíciles decisiones. Viste su saber estar con la posibilidad de la disidencia.

 

 

 

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