PALOMA SANZ
¿Qué hubiera sido de ella si su primer marido no hubiera muerto cuando apenas tenía diecinueve años y una niña recién nacida? Probablemente, no habría experimentado todo lo que se relata en este testimonio conmovedor. Sin embargo, el afán por recomponer su vida, tratando de olvidar el pasado feliz que nunca iba a volver, la hizo casarse de nuevo, esta vez con Yusef, un musulmán de pensamiento ajeno para ella y para los suyos. Poco después de contraer matrimonio en Madrid, Yusef consiguió convencer a Dolores para que se trasladaran a vivir durante un tiempo a Gaza, pero cuando llegaron a aquellas tierras áridas, inhóspitas y en régimen de ocupación por el ejército israelí, se enteró de que todo había sido un engaño y de que nunca más volverían a España, o al menos no con las hijas que había tenido junto a él. Desde ese momento, entendió que aquel viaje era el inicio de una nueva vida, un nuevo y cruel aprendizaje. El hombre con el que ya había convivido se convirtió en un perfecto desconocido q