JAIME GIL DE BIEDMA
«Por ejemplo, que Manila ya me aburre y en cambio me fascinó Sevilla, por primera vez descubierta en noviembre de 1976, después de haber estado en ella cuantísimas veces. También, que en 1974 publiqué un diario mío de 1956los años terminados en seis siempre han sido importantes en mi vida, titulándolo Diario del artista seriamente enfermo (Editorial Lumen, Barcelona); y que en 1980 reuní mis ensayos de crítica literaria y algunas otras cosas en un volumen: El pie de la letra (Editorial Crítica, Barcelona).» «Que ahora y aquí publico la segunda edición, imper/eptiblemente aumentada, de mis poesías completas. Y que a lo largo de estos años he aprendido, bien o malbien y mal, a ser un encajador. Un aprendizaje modesto pero absorbente, que apenas permite escribir poemas. »Quizá hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante: