JUAN BONILLA
No recuerdo un día en que no haya buscado libros, confiesa Juan Bonilla, que refiere en estas páginas la historia de una pasión un vicio o un deporte, la bibliomanía que es también o sobre todo una forma de vida. Su recuento no pretende ser ni una apología ni un ensayo histórico, sólo una memoria desordenada, porque la búsqueda de libros es así, desordenada y azarosa. Es su principal encanto, saber cuando sales de caza que no sabes con qué te vas a encontrar, lo que exige aquello que Nietzsche pedía para apreciar la melodía de la existencia: estar permanentemente atentos. Libros y librerías, innumerables pesquisas y muchas historias asociadas que componen, como los volúmenes delas colecciones personales, una suerte de autobiografía. Ya hace mucho que las metas se quedaron en la cuneta de los buenos propósitos y el deseo de búsqueda se cumple en sí mismo: la biblioteca es un organismo que rechaza la idea del todo y cree firmemente en el infinito. Siempre hay algún volumen por conquistar, alguno que está m